martes, 16 de junio de 2009

VOTO NULO



¿En verdad el voto en blanco es una opción democrática?; probablemente lo sea, pues a fin de cuentas uno de los derechos del tan magnificado sistema político de la república es votar por quien se te dé la gana, Don Nadie o Cantinflas es igual, es igual¡¡¡ teóricamente lo que quieres expresar es que no estás de acuerdo o que no compartes las doctrinas de ninguno de los candi-ratos (y no me refiero a unos roedores cariñosos) que para la elección en curso se encuentren compitiendo por un puesto político (también puede haber candi-ratos que no aspiren a ganar ningún puesto político, sino más bien un lugar en tu corazón; tal es el caso del actual pejidente de la república de chocolate).

Pero ¿cuál es el camino de aquellos que, más allá de no comulgar con alguna campaña no comulgamos con el sistema político electoral? No basta con votar en blanco, ni votar por Cantinflas (solo como breviario cultural, ¿habían notado que la palabra “Cantinflas” está registrada en Microsoft Word?). Después del 5 de julio no queda más que un ganador y muchos ganadores defraudados y los votos en blanco, en verde o en rosita se convertirán en historia estadística que no dirán nada. El sistema seguirá igual, todos, otra vez, seremos felices, en el país de “no pasa nada” nadie es infeliz.

Nunca he votado, ni votare mientras no me convenza de que votar sea la manera de mejorar algo, he anulado mi voto, pero igual me he quedado con un mal sabor de boca, sin contar lo maloliente que te queda el dedo pulgar de, si mal no recuerdo, la mano derecha, debido al menjurge que te embadurnan para que no vuelvas a votar. Joder, ya vote una vez¡ ¿a quien le quedaran ganas de volver a votar?

Pero además de todo tengo una razón, que, a mi razón es un fundamento bien estructurado, y es que si de algo no sabemos los mexicanos es de política y no sabemos por qué nunca nos ha interesado del todo, pónganos a votar para elegir al D.T. de la selección mexicana de futbol¡, haber¡¡ de eso si sabemos¡¡, hagan una elección para porteros federales, en lugar de diputado del 3er. Distrito, defensa carrilero derecho, de eso si que tenemos argumentos, sabemos lo que queremos y sabemos de que son capaces los candidatos, ¿pero de política? Que aburrido, siempre ganan los mismos y perdemos los mismos.

No nos hagamos pelotas, al menos yo, como el gran Gurú Sócrates, no pretendo saber lo que no sé, (frase mejor conocida como; “yo solo sé que no sé nada”) no conozco de distritos, ni de diputados, ni de senadores, ni de regentes ni de nada de esa sarta de patrañas. Admito que, a pesar de mi muy conocida sabiduría, de mis maestrías en teoría de la teoría mundial, y de todo el conocimiento que me dio el libro de bolsillo más famoso de la historia (Capulinita), no me siento capaz de elegir a mis gobernantes, de elegir a aquellos que tendrán en sus manos la capacidad de dificultarme el camino o de hacérmelo más fácil, de aquellos que con sus decisiones son capaces de sentenciar los destinos de la economía, de la salud y de la educación de mis discípulos más queridos. Camino por el pueblo y observo a la gente, al panadero, al taxista, al arquitecto, a la licenciada y me pregunto, ¿ellos en verdad creen tener los argumentos suficientes para elegir a su líder? Yo no.