sábado, 31 de diciembre de 2011

Soy de Aguascalientes

(No son todos los que están)


Soy de Aguascalientes. Más de 20 años tarde en contestar así cuando alguien me pregunta, ¿de donde eres?.

Hace poco, llegue a la conclusión que todos los que no viven en la ciudad de la que son, están huyendo de algo; huyen del clima, de la delincuencia, de un amor frustrado, de la falta de las oportunidades; quizá tu eres un ferviente admirador de, por ejemplo, la Torre Eiffel y tu ciudad no es Paris, huiras de esa ciudad hacia Paris.

Hasta hace algunos años yo quería huir de Aguascalientes, regresar a España o vivir en Italia, Argentina; fueron muchas las ocasiones en que quise hacerlo y hasta busque oportunidades reales de hacerlo. Huía de la falta de oportunidad de trascender en mi vida, en mi tiempo. Afortunada o desgraciadamente no logré nada y al cabo de los años sigo aquí.

Hoy ya no quiero huir, en esta ciudad tengo todo lo que necesito, mi familia, mi amor no frustrado, mi trabajo, mis amigos; sobre todo eso, mis amigos. Mi familia siempre será mi familia, mi amor no frustrado loa llevaría a cualquier lugar del mundo y mi trabajo es inherente a mí. Pero los amigos son como las raíces que te sostienen, ahora he entendido que mis raíces son fuertes.

Life is what happens to you while you're busy making other plans (La vida es aquello que te pasa mientras tu estas ocupado haciendo otros planes). Ya no hago más planes, vivo la vida, ya no quiero trascender los tiempos. Mi vida ya no son planes, mi vida es tomar una cerveza con aquellos que me arrancan una carcajada, es robarle un billete a mi futuro para regalárselo a mi presente, quiero trascender con un buen chiste. Ya lo entendí, no soy de la Ciudad de México, soy de Aguascalientes.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Fe




La fe no puede, el júbilo es lo que mueve a las montañas, este verso del poeta Marco Antonio Montes de Oca, de su poema “Bajo la tórrida ceremonia sin eclipse”, nunca fue mejor ejemplificado como hoy. Una horda de fieles católicos y otros no tanto se agolparon en el centro de esta ciudad (entiéndase "esta ciudad" como Aguascalientes en lo particular, y el nombre de cualquier otra ciudad, pueblo o comunidad de la Republica Mexicana en lo general.), el motivo de esta locura comunal fue la visita de las Reliquias del Beato Juan Pablo II.

Al final de cuentas se trataba solo de una estatua de cera de Karol Wojtyla atiborrado con ropa, joyas y creo hasta una gota de sangre del "Papa Viajero", pero igual eso no importa, el júbilo de los hidrocálidos movió la montaña. Yo no logro entenderlo, calculo mínimo 3 horas de estar formado en una larguísima e disfuncional fila, no sé si la falta de logística era con toda la intención de provocar cansancio en los Romanos para así expiar sus penas antes de lograr ver los santos objetos por unos segundos.

Ancianos, enfermos, niños, trabajadores, profesionistas, amas de casa, pintores, sacerdotes y por qué no, probablemente rateros, asesinos, zetas y matazetas; todos queriendo ver. Por supuesto que los párrocos, señoronas ricachonas y monaguillos de todas las generaciones tenían pase VIP, probablemente no necesitaban expiar ya sus pecados, siempre los de la "empresa" tienen sus respectivas prebendas. Los vendedores de oportunidad tenían lo último en artículos religiosos: poster, fotos, plumas y cualquier artificio vendible. Agentes armados hasta los dientes custodiaban celosamente cualquier entrada que pudiera ser corrompida, el tráfico bloqueado, gente metiéndose en la fila. Una larga fila de bemoles que francamente me provocaron un poco de nausea.

Al final de cuentas se trataba solo de una estatua de cera de Karol Wojtyla, yo no logro entenderlo, pero así es la fe, la fe no se entiende se vive, se camina, se sufro, se llora. Admiro a toda esa gente que puede resumir cientos de sentimientos, desprenderse de sus problemas, aliviar todos sus dolores, rezar por todos sus muertos solo estando cerca de las Reliquias de un gran hombre que tomó a la religión católica como vehículo para esparcir su filosofía de paz, de buena voluntad y de alegría. Un hombre brillante que aun ilumina y que le da una esperanza a todo el mundo, incluyendo a los incrédulos como yo y a la iglesia que de algo necesita vivir.